¿Pintar con rodillo o airless? ¿Qué método es más rápido? 4 consejos imprescindibles
Los equipos airless son máquinas de pintado que no necesitan aire comprimido para que la pintura pueda ser expulsada por la boquilla de la pistola. Por eso mismo, su nombre en inglés, traducido al español, significa “sin aire”. Seguramente hayamos utilizado el rodillo la mayoría de las veces que hemos necesitado pintar nuestra habitación o casa, pero con los nuevos sistemas actuales y las nuevas tecnologías hacen, cada día, que todo sea mucho más fácil.
La primera de las dudas la encontramos en si debemos pintar o pulverizar. Son diferentes y, al mismo tiempo, muy parecidos. Los equipos se utilizan la mayoría de las ocasiones en el sector de la construcción, restauración o decoración. El sector del automóvil también es uno de los que más emplea este tipo de herramientas de pintura para crear una nueva imagen de nuestro coche.
Los usos industriales del airless son aquellos que requieren la aplicación de pintura sobre grandes superficies y donde se busque ahorrar tiempo, además de evitar un alto consumo de pintura por sobrepulverización.
¿cómo funciona un airless?
Estas máquinas son herramientas de pulverización de pintura que no necesitan, como hemos comentado, aire comprimido para atomizar correcta y eficazmente la pintura. Si lo alquilamos con equipos mixtos, la calidad del acabado suele ser inferior a estos equipos debido, en buena parte, a la falta de aire en la atomización.
componentes
Los principales elementos que conforman estos equipos son los siguientes:
Pistola: es el elemento que recibe la pintura presurizada y permite su salida de manera atomizada y así conseguir un buen acabado. Dentro de este elemento, encontramos dos tipos: las de baja presión y las de alta presión. Las primeras se utilizan para trabajos más sencillos con pinturas poco densas, mientras que las segundas, se usan en trabajos más profesionales y que requieren un mayor dominio de la técnica de pintado. La pistola, a su vez, se conforma de:
Bomba de presión: se alimenta de energía eléctrica, neumática o mediante un motor de combustión interna. Genera la presión necesaria para que llegue a la manguera y a la pistola en unas condiciones idóneas para poder ser atomizada.
Manguera: es la encargada de llevar la pintura presurizada hasta la pistola.
consejos para pintar con airless
Para realizar un correcto uso con estos equipos, es recomendable seguir varios consejos que nos ayudarán a optimizar el proceso de pintado como son los siguientes:
Importancia del tamaño de la boquilla: varios errores a la hora de elegir dicho método es elegir mal los accesorios que tenemos que incorporar a la pistola. Hemos mencionado anteriormente que las boquillas suelen estar identificadas con números de 3 cifras. El primero hace referencia al ángulo de abertura y los dos siguientes el diámetro del orificio que influirá en el caudal de producto a aplicar.
Control de pulverización: debemos evitar un exceso de pulverización para reducir el consumo de material proyectado. Uno de los consejos a tener en cuenta es trabajar con la mínima presión posible.
Dirección del pintado: al utilizar los equipos tenemos una movilidad total durante la aplicación, lo que nos ayuda a adaptar la aplicación al tipo de superficie. Recomendamos solaparla con manos cruzadas, ya que así conseguiremos una perfecta integración.
Distancia y ángulo correcto: cuando es nuestra primera vez utilizando este tipo de máquinas, tendemos a pegarnos o estar demasiado cerca de la pared, pero en realidad, no hace falta acercarse y estar “pegado” a la pared. Mantener una distancia de 25 a 30 centímetros es más que suficiente para que la pistola haga su trabajo y la superficie quede correctamente pintada.
¿rodillo o airless?
Dicho de otra manera, la decisión estaría entre pulverizar o pintar. Hoy os daremos las claves para elegir la mejor opción acorde a tus necesidades.
Con los sistemas de pulverización de pintura no hay duda de que se gana tiempo frente a la brocha y al rodillo. El ahorro de tiempo es lo que más deseamos cuando nos encontramos pintando nuestras paredes, terminar lo antes posible, que se seque lo antes posible y poder dar, de nuevo, uso al espacio recién pintado.
Otra de las claves para usar una máquina u otra es la textura de acabado. Una de las grandes ventajas de la pulverización es que al tratarse de un pintado sin contacto, la textura de la superficie original se mantiene intacta y no afecta. Cuando utilizamos el rodillo, esto es completamente distinto, la capa es irregular y se pierden propiedades del fondo.
Uno de los aspectos a tener en cuenta cuando trabajamos con el pulverizador es que podemos tener una sobrepulverización. Una de las críticas a esta herramienta es que, además de estar pendientes de la superficie a completar, tenemos que fijarnos en los objetos y áreas que no queremos que se pinten.
Otro de factores determinantes a la hora de decidir entre una opción u otra es el cambio de color. Cuando utilizamos una brocha cambiar de color puede ser una tarea complicada y que lleva más tiempo de lo necesario. Con un airless Wagner, por ejemplo, es muy sencillo cambiar de un color a otro sin necesidad de limpieza intermedia.
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